HISTORIA DE LA LECHE

El consumo de leche se remonta hasta hace 11000 años, cuando los nómadas empezaron a ser ganaderos y ordeñas a sus animales, obteniendo esté alimento de ellos.

Los primeros animales que ordeñaron fueron las ovejas y cabras. Años más tarde también se implantó el consumo de leche de vaca y de algunos derivados de este alimento como las leches fermentadas.

Los derivados fermentados fueron descubiertas de manera espontanea debido a sus condiciones de vida y temperatura (Las personas guardaban la leche en pieles de estómago de los animales y la leche fermentada con el calor y las bacterias). este tipo de reacciones se realizó de una manera casual, debido a que no tenían sistemas de conservación de la materia prima que vitara que fermentase.

Historia de la leche

De esta manera, sin quererlo, se encontraron con un tipo de leches que les fue muy útil para almacenar durante más tiempo sin que se estropeara.

LECHE EN EL MUNDO ANTIGUO

Se conoce su consumo en culturas como la Egipcia, la Griega y Romana, aunque también en estas épocas  se le empezó a atribuirse a la leche otras propiedades tanto medicinales como estéticas. De hecho, de siempre se a sabido que Cleopatra se bañaba en leche para mantener su piel blanca.

Gracias a las conquistas romanas por Europa, empezó su comercialización y está a su vez, expandió por todo el territorio romano su consumo. Los derivados que se obtenían de la leche como las mantequillas y los quesos empezaron a tener más relevancia por su mayor conservación.

LA IMPORTANCIA DE LA CONSERVACIÓN DE LA LECHE

La conservación de la leche se consiguió al reducir el contenido en agua, minimizar así la posible proliferación bacteriana de la leche, y al azucararla para aumentar más aun su conservación, provocando así una mayor vida útil del alimento al asegurar a su vez su higienización.

A medida que mejoraban los sistemas de conservación, aumentaban la diversificación de derivados lácteos.  Su consumo empezó a dejar de formar parte exclusiva de la gente más pobre. De esta manera, muchos años después, los franceses empezaron a consumir la nata o la crema de la leche en su alimentación habitual.

Lo que propulso su incremento fue los avances tecnológicos que supuso la época de la industrialización tanto a nivel de distribución como en conservación.